lunes, 3 de noviembre de 2014

Los 12 Césares y la geopolítica del imperio romano




El mundo (para los romanos)
Tomado de: http://www.google.com.co/imgres?imgurl=http://2.bp.blogspot.com/-ln_NoRQ7jrw/UAv5CxhYKSI/AAAAAAAAA6E/hnNrZRONf8I/s1600/mapa%252Bilustrado%252Bimperio%252Bromano.png&imgrefurl=http://rimasdecolores.blogspot.com/2012/07/roma-arquitectura-romana.html&h=446&w=555&tbnid=WEAcx_ChQeT0wM:&zoom=1&docid=dhMcpjxclZLCeM&ei=yCBYVIyTCImmNrDYgrAF&tbm=isch



Descripción de la ruta

La ruta de esta semana nos llevará a explorar la geopolítica romana de la época del imperio a propósito de  la obra de Suetonio Los doce césares. Para dar sentido al análisis que motiva la ruta de esta semana, se hará un pequeño paralelo con nuestro contexto colombiano, por lo que, como es natural, comenzaremos nuestro recorrido en Bogotá.

Posteriormente iremos a Hipona (actual Annaba en Argelia) ciudad en donde se cree nació Suetonio, insigne biógrafo de los césares. Luego visitaremos los territorios romanos de la antigua galia y germania, particularmente Alesia en donde se desarrolló una importante batalla en el 52 a.C. y el bosque Teutoburgo o Desastre de Vargo donde se desarrolló la batalla con el mismo nombre, respectivamente, ambas en la conquista romana de europa.

Iremos también a Egipto, en el delta del Nilo y terminaremos nuestro recorrido en Roma, capital del imperio Romano.

Mapa de la ruta

 


 
Imágenes de la ruta

Cayo Julio Cesar
Bust in Naples National Archaeological Museum
Tomado de: http://en.wikipedia.org/wiki/Julius_Caesar

Octavio Augusto
he statue known as the Augustus of Prima Porta, 1st century
Tomado de:http://en.wikipedia.org/wiki/Augustus

 

Tiberio Nerón
Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Tiberio

Cayo Caligula
Bust of Caligula at the Ny Carlsberg Glyptotek museum in Copenhagen
Tomado de:http://en.wikipedia.org/wiki/Caligula
 
Tiberio Claudio Druso
Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Claudio
Nerón Claudio
Busto de Nerón, Museos Capitolinos, Roma.\
Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Ner%C3%B3n
 
 


Servio Sulpicio Galba
Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Galba

 


Marco Salvio Otón
Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Ot%C3%B3n
 

Aulo Vitelio
Busto de Vitelio. Museo del Louvre, París (Francia.
Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Vitelio
 
Tito Flavio vespaciano
Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Tito_Flavio_Vespasiano

Tito Flavio
Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Tito
 
 
Tito Flavio Domiciano
Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Domiciano

Historia de la ruta

Suetonio, natural de Hipona, es quizá uno de los nombres más conocidos de la historiografía romana gracias a su obra biográfica que ha llegado a nosotros bajo el nombre de Los Doce Césares en la que narra la vida de los Césares de la era imperial, desde Julio César (100 a.C.) hasta Domiciano (96 d.C.). En esta obra se conjugan detalles sobre el manejo y la acumulación de poder, la manera de hacer política en los diferentes rincones del imperio y la aún muy primitiva noción de estado con los comportamientos de los jefes máximos del imperio Romano.

Durante esta época, los emperadores gobernaban en contra de la orgullosa tradición de los romanos de “libertas (libertad). De allí que la fama de  “locos” pueda deberse a que los romanos no querían un emperador y sentían quizá que el sistema de gobierno en el que un solo hombre tuviese el poder no era aceptado, especialmente, en los miembros de las élites y literatos como Suetonio (Welch, Pág 93). Gracias a la cantidad de datos otorgados por el autor se hace posible una reconstrucción de la forma de ser, pensar y vivir de algunos de los hombres más importantes para la historia del imperio e incluso para la de la humanidad. Viajaremos a través de sus fetiches, hábitos, supersticiones, maneras y costumbres.

La mayoría de los emperadores manejaba los asuntos del imperio prácticamente a su antojo, haciendo así evidente varios problemas respecto a este sistema de gobierno, que como se dijo, contrariaba la tradicional forma de defender la libertad de los romanos que desde la época de la monarquía, habían quedado artos del absolutismo.  El problema de ellos, era que las pasiones, defectos y perversiones de un solo individuo guiaron por mucho tiempo el manejo de las políticas públicas, las finanzas, la producción del derecho y consecuentemente, el tambaleante concepto de justicia. Debido al abuso de poder por parte de algunos gobernantes –como Tiberio Nerón, por nombrar un ejemplo- el pueblo los denominaba tiranos. Además de dicha denominación, muchos de ellos fueron asesinados por sus enemigos (como Julio Cesar, Nerón, Cayo Calígula, Tiberio, Galba y Otón) que incluso podían ser sus parientes más cercanos e incluso sus herederos.

Frente al sistema de gobierno aparentemente tan molesto pero imperante, ¿cómo debía definirse entonces la sucesión del poder?. Pese a que se abandonó la idea de la sucesión hereditaria, la historia de Los doce césares demuestra que los tres peores gobiernos del periodo imperial fueron nombrados gracias a sus méritos personales que escondían incluso favores sexuales a otros monarcas anteriores y/o con el favor de la más respetable institución de la época que era el senado.

Adicional al asunto de la sucesión, de la obra de Suetonio se evidencia que no existía para entonces delegación de funciones o sistema de pesos y contrapesos: en el reinado de Octavio donde el poder era solamente suyo el emperador cometió toda clase de atrocidades y no hubo una fuerza que se levantara contra el régimen; mientras que cuando Galba, Otón y Vitelo llegaron fácilmente al poder  y comenzaron a abusar de él, fueron también fácilmente. Sin embargo, no podemos olvidar que para entonces el Senado aún funcionaba pero Suetonio lo presenta como una especie de comodín de los emperadores. Mientras algunos como Nerón rendían algunas cuentas, otros como cayo Calígula no respetaban sus mandatos y a esto hay que agregare que el mismo Senado patrocinó algunos de los gobiernos más inútiles dentro de los doce narrados por Suetonio, entregándole el imperio a personajes como Otón.

Sonará un poco extraño, pero para acercarnos a la geopolítica y al concepto de estado del imperio romano, podría hacerse una breve reflexión de nuestro contexto colombiano. Actualmente es un hecho que gracias a la presencia de guerrillas y grupos paramilitares en ciertas zonas estratégicas del país, el Estado -que se supone es soberano- no logra concentrar satisfactoriamente el poder y ejercerlo sobre toda su población y territorio, lo que se traduce en un severo problema de ineficacia instrumental de la administración estatal. Tiene nuestra situación todo que ver con la geopolítica romana puesto que ayuda a entender el asunto de la política ejercida por sectores y el poder ausente en algunas zonas. Roma ha sido una de las civilizaciones más grandes que el mundo haya visto jamás pero con un gran poder viene una inmensa dificultad: la de mantenerlo.

Tal como lo planteaba Maquiavelo en su obra El Príncipe, el asunto de mantener el poder se complica cuando se tiene un vasto territorio y pocas posibilidades de que el soberano lo recorra en su totalidad. Como en Roma, durante la conformación de la república en Colombia la geografía y los precarios medios de comunicación y transporte dificultaban la uniformidad no solo en materia de administración estatal sino también cultural –con costumbres, cultura y lenguas diferentes distribuidas aleatoriamente por todo el territorio- .

La conquista de Egipto amplió las fronteras del imperio, y lo hizo porque además de su estrecha relación entre el emperador Julio Cesar con el pueblo y su reina, se implementaron políticas de dominación persistentes que terminaron por convertir a Egipto en provincia romana durante el posterior reinado de Octavio Augusto. Otras provincias importantes del imperio eran la Galia y la Germania. La mayoría de comentarios de Suetonio frente a estas dejan ver que los emperadores prestaban bastante atención a la implementación de políticas dentro de ellas por intermedio de los respectivos delegados, la constante presencia de diversas legiones de soldados y las innumerables expediciones, que sirvieron a Roma para consolidar su propiedad y dominio. A pesar de las guerras civiles el imperio se mantuvo siempre fuerte especialmente en estas zonas.

El asunto de las provincias es bastante complejo pues todos los doce emperadores tienen en común que durante su gobierno trataron de gobernar casi toda Europa y el norte de África desde el epicentro del imperio que era Roma o sus alrededores y la única herramienta que tenían para llevar su poder tras las fronteras de esta ciudad era delegar el poder a ciertos funcionarios para que gobernaran las provincias. La ausencia del emperador y el desconocimiento por parte de este de las diversas realidades de sus colonias rompía evidentemente con la uniformidad del imperio y se hacía necesario tomar medidas específicas para cada región en particular dependiendo su situación de contexto.

Cabe destacar la importante labor de Julio Cesar al convertir a la Galia en provincia romana y conquistar Egipto, así como los trabajos dentro de Roma realizados por Octavio Augusto y Nerón Claudio dividiendo a la capital en barrios y realizando importantes construcciones respectivamente. La implementación del censo por parte de Tiberio Nerón es igualmente un avance importante hecho en Roma, pues el conocimiento de la densidad de población y sus condiciones de vida sirven para calcular el impacto de las decisiones tomadas desde el poder.

Con todo esto y a partir de la lectura de Suetonio es claro que la política y la geografía se encuentran íntimamente relacionadas y esta relación se puede rastrear claramente desde el imperio Romano hasta la actualidad colombiana. En términos generales, queda planteada la idea de que la definición de unas políticas públicas acordes a un tiempo y espacio determinados será finalmente la guía para el ejercicio del poder y la administración del estado.

Bibliografía:

Suetonio, Los Doce Césares. Editorial Porrúa, México. 2004.

Maquiavelo. El príncipe.

Welch, katryn. “Roman Emperors, Divine rulers or mad?”. En: The Romans. Rizzoli International Publications. 1998

 

 

 

 

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