lunes, 25 de agosto de 2014

Descubriendo el Egipto anterior a los faraones

 

 
 

Tomada de: http://2.bp.blogspot.com/_bRR3B9Ki23I/S9pULnoz_xI/AAAAAAAAABY/5_7U1m84iQs/s1600/proyecto_caricatura_piramides__2.jpg



Ruta
Comenzaremos nuestra ruta de ésta semana en la ciudad del Cairo, en donde visitaremos el Museo que lleva el mismo nombre para comenzar a adentrarnos en la historia de Egipto que intentaremos conocer.
Posteriormente, recorreremos Abydos, un lugar excepcional en donde se han efectuado famosas excavaciones y se han hallado artefactos tan antiguos como el cuarto milenio antes de Cristo. Luego, iremos a Hierancónpolis cuyos cementerios ancestrales están llenos de misterios y también a Qustul, lugar que ha brindado pistas acerca de las relaciones entre los egipcios prehistóricos y otros pueblos cercanos.
 
Finalmente, culminaremos nuestra ruta en Menfis, que según se sabe, fue la primera ciudad faraónica de Egipto y actualmente se ubica a solo unos kilómetros de El Cairo.
 
Mapa de la Ruta
 

Imágenes de la ruta

Tomada de:

Seidlmayer, Stephan Johannes. El origen del estado en el antiguo Egipto. Boletín de Arqueología PUCP. 2007, Issue 11, Pp 331.



Tomada de:

Seidlmayer, Stephan Johannes. El origen del estado en el antiguo Egipto. Boletín de Arqueología PUCP. 2007, Issue 11, Pp 335.




Paleta de Narmer. Anverso y reverso.
Museo El Cairo

 

Tomado de:

Seidlmayer, Stephan Johannes. El origen del estado en el antiguo Egipto. Boletín de Arqueología PUCP. 2007, Issue 11, P338
 
Historia
Antes de la consolidación del Estado, el espacio geográfico de lo que hoy es Egipto, así como los valles cercanos al Río Nilo eran habitados por comunidades que según los últimos descubrimientos arqueológicos, no eran tan segregadas y atrasadas en relación con el comienzo de la primera dinastía egipcia. El hecho de que esta civilización se desarrolló alrededor del Río Nilo implicó que las personas debieron adaptar sus formas de vida a los cambios constantes del entorno. Sin intentar atribuir al medio ambiente un papel determinante en el desarrollo de estas culturas, si es necesario considerar que éste fue un factor importante. “Dicho de otro modo, las condiciones naturales fueron condicionantes, pero en ningún caso determinantes, del paso temprano de la protohistoria a la Historia en algunos enclaves, precisamente aquellos en los que el “espacio” histórico se conformó bajo la influencia e interacción de otros factores concurrentes” (Bravo, 2012. Pp 33).

Los Egipcios, al igual que las diversas culturas mesopotámicas, son denominados como una “sociedad hidráulica” gracias  a la relación con un cuerpo de agua importante como el Río Nilo, al que se ha hecho referencia en el párrafo anterior. “El control del agua no fue en origen un problema institucional sino individual o familiar, de cuya solución dependía a su vez el control de los recursos naturales existentes” (Bravo, 2012. Pp 50). Sin embargo, pronto se hace evidente que la tarea de administración de los recursos naturales podría ser controlada por un grupo específico de esa comunidad y así comienza entonces la transformación de las formas de organización social de estas “sociedades hidráulicas”.
Las primeras noticias históricas procedentes de Egipto hablan ya de un “Estado unificado”. Según la tradición, la formación del Estado egipcio habría sido obra de Menes, el primer rey-faraón, un personaje semilegendario que habría establecido el culto a Ptah, dios creador del universo, en Menfis” (Bravo, 2010. Pp 63). Sin embargo, considero absurdo pensar que la civilización egipcia solamente comenzó cuando el primer faraón unificó los territorios, pues en mi opinión esto implica desconocer que había algo sobre lo cual gobernar unificadamente. Recortar así la historia de los pueblos egipcios implica desconocer la posibilidad de rastrear los orígenes del estado faraónico desde antes de su aparición; la complejidad económica y política de Egipto ha sido rastreada en los últimos anos incluso hasta el cuarto mileno a.c.

Alrededor del Nilo, “se pueden reconocer tanto el desarrollo de estructuras de tipo ciudades- Estado como redes de comunicación e interacción de gran escala que alcanzaron desde el área del sur del Levante hasta la segunda catarata del Nilo; estas últimas anticiparon estructuras y funciones importantes del Estado territorial del posterior Egipto Dinástico” (Seidlmayer, 2007. Pp 321). Dentro de estos lugares importantes encontramos algunos vestigios que dan cuenta de la existencia de comunidades complejas.
En primer lugar, está el cementerio real de Abydos en donde se encontraron evidencias de la temprana historia del lugar representadas en vasijas y demás objetos funerarios, así como escenas representadas en cerámica. “Estas evidencias implican que el cementerio real de los soberanos de la primera dinastía se desarrolló a partir de un cementerio de elite mucho más temprano” (Seidlmayer, 2007. Pp 331). Quizá el artefacto más conocido de esta área es la Paleta del Rey Namer descubierta en 1898 que actualmente se encuentra en el Museo Egipcio de El Cairo y aunque es atribuida al periodo correspondiente a la Dinastía I, tal como se mencionó, los arqueólogos han determinado que fue encontrado dentro de un contexto mucho más antiguo.

Así mismo, los norteamericanos han realizado excavaciones con resultados impresionantes en Hierancónpolis en donde se han encontrado tumbas atribuidas a lo que los científicos han denominado como la Dinastía 0. Por otro lado, también se han descubierto cementerios en otros lugares como Qustul en donde han aparecido cada vez más evidencias de cooperación entre grupos dispersos y los vecinos egipcios. Todo lo anterior, da lugar a concluir que “antes de la monarquía dinástica, se dibuja la historia de elites sociales cuya densidad, coherencia y perfil extraordinario ya no se capta con la construcción de una Dinastía 0; se despliega, más bien, toda una época nueva de poder y complejidad social en el Egipto prehistórico”(Seidlmayer, 2007. Pp 334).
El lector debe pensar que hasta ahora solo se han mencionado cementerios y artefactos funerarios, pero es claro que estos son una pieza indispensable para el entendimiento de la historia. Como en casi la totalidad de las sociedades prehistóricas, el rito funerario es una parte indispensable de la cultura humana y la complejidad del mismo es la que da pistas del entramado de la estructura social. Los focos poblacionales tempranos que se han mencionado permiten observar la importante dinámica de ocupación de los territorios de lo que luego sería el poderoso imperio egipcio.
Finalmente, estas ocupaciones dan cuenta de dos aspectos fundamentales en el desarrollo histórico de Egipto: el primero, la importancia de los cambios ecológicos que ya se había mencionado; y el segundo, las ciudades tempranas consideradas como “emplazamientos rituales” de la ocupación, el aparato simbólico que rodea la vida en comunidad y la complejidad de la estructura social.
Después de esto, sí podríamos comenzar a explorar la historia de la primera Dinastía y considerar otros elementos para poder hablar de Egipto en los términos en los que estamos más acostumbrados a hacerlo: como un poderoso imperio...

Bibliografía
·         Seidlmayer, Stephan Johannes. El origen del estado en el antiguo Egipto. Boletín de Arqueología PUCP. 2007, Issue 11, p325-352.
·         Bravo, Gonzalo. Historia del Mundo Antiguo. Madrid, Alianza Editorial. 2012. Pp 29- 76.

domingo, 17 de agosto de 2014

Tras los pasos de nuestros ancestros primates

Reconstrucción de ancestros humanos. Tomado del Instituto Smithsoniano: http://humanorigins.si.edu/sites/default/files/imagecache/slideshow_large/images/slide/HallofHumanOrigins2.jpg


Descripción de la ruta

En este recorrido iremos tras los pasos de nuestros ancestros primates en África en países como Kenia, Etiopia y Tanzania. Aunque estos no han sido los únicos lugares en donde se han hecho descubrimientos arqueológicos importantes, recorreremos algunos de los más significativos.

Comenzaremos nuestro recorrido en Hadar, el lugar donde se encontró a Lucy y a la denominada “primera familia”, de 3.2 millones de años de antigüedad. Posteriormente, iremos a los alrededores del lago Turkana, en la frontera entre Etiopía y Kenia, en donde visitaremos lugares como Koobi Farma y Kanapoi que fueron el hogar de nuestros ancestros de Australopithecus Anameis y Ramidus.

Finalmente, terminaremos nuestro recorrido en al maravillosa Tanzania en Laetoli, donde fueron encontradas las huellas de nuestros antepasados bípedos más antiguas.

Mapa de la Ruta



Imágenes de la Ruta









Herramientas de los primeros homínidos. Museo de Toulouse, Francia.
Tomado de: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Biface_Cintegabelle_MHNT_PRE_2009.0.201.1_V2.jpg

Primeros homínidos. Tomado del Instituto Smithsoniano:
http://humanorigins.si.edu/sites/default/files/imagecache/slideshow_large/images/slide/adventure-in-rift-valley.jpg


Historia

En la actualidad, la ciencia está convencida de que nuestros ancestros primates habitaron el continente africano y de allí se fueron desplazando hasta otros lugares del globo. A medida que ocurrían las transformaciones evolutivas que finalmente dieron origen a los homínidos y posteriormente a los humanos actuales, los grupos se fueron movilizando por África, dejando restos fósiles que han permitido intentar reconstruir las características de estos antepasados.

Se cree que unos de los fósiles más antiguos de homínidos encontrados data entre 3.9 y 4.1 millones de años y fue encontrado en 1994 por los miembros de una expedición en Kenia. Esta especie, denominada Australopithecus Anamensis, “posee grandes molares con una gruesa capa de esmalte y caninos pequeños, y las articulaciones de la rodilla y del tobillo indican claramente que era bípedo” (Pág 303). Sin embargo, más antiguos que los A. Anamesis, son los restos de 4.4 millones de años de Aramis Etiopía, la especie Ardipithecus ramidus cuyos rasgos son más parecidos a los de los grandes simios y presuntamente vivían en zonas arboladas. No obstante sus rasgos más primitivos, los científicos consideran que esta especie podría ser el antepasado común entre los humanos y los chimpancés.

Otra especie, Australopithecus Afarensis de 3.2 millones de años, es conocida por los especímenes hallados en Hadar, una localidad de Etiopía de donde provienen Lucy y al menos 13 individuos más que han sido llamados “la primera familia”. Lucy, era “más baja que las mujeres actuales, tenía los brazos relativamente más largos y un cerebro comparativamente menor” (pág 291) pero la forma de forma de su arcada dental no tenía tanta forma de U como la de los chimpancés y se encuentra en un punto intermedio respecto de la forma parabólica de los humanos actuales. Por la forma y orientación de la pelvis, así como por el ángulo de posicionamiento de la rodilla y el fémur, los investigadores creen que Lucy y los demás de su especie eran bípedos. Lo anterior, aunado al hecho que en Laetoli Tanzania se desenterró un rastro de pisadas “de casi 23 m de longitud dejado por tres individuos bípedos que cruzaron un grueso lecho de cenizas volcánicas húmedas hace aproximadamente 3.5 millones de años” (Pág. 296).

Además de las especies mencionadas anteriormente, otros Australopithecus habitaron África hace millones de años. Entre ellos los A. Africanus y Robustus de los cuales se han hecho importantes descubiertos en, por ejemplo, los huesos de los pies asociados al bipedismo, la forma del cráneo y los dientes. Lo que diferencia a los homínidos de los demás primates y de todos los grupos de Australopithecus descubiertos hasta ahora es el mayor tamaño de u cerebro, la forma parabólica de la arcada dental, los dientes con menor esmalte y músculos de menor tamaño.

Finalmente, la dieta, los pulgares opuestos, el desarrollo más lento de las crías y la consiguiente más alta inversión parental, así como la fabricación y el uso de herramientas, fueron características de los primeros homínidos. Descubrimientos en Turkana proporcionan evidencias que los homínidos eran talladores desde hace aproximadamente 2.3 millones de años y tenían importantes conocimientos técnicos que “tenían en cuenta la calidad de las materias primas disponibles y la forma natural de los bloques que trabajan, manteniendo cuidadosamente el ángulo de percusión preciso durante todo el proceso de talla” (Pág. 325)

Bibliografía


BOYD, Robert y SILK, Joan. Capítulo 11: Los primeros homínidos. En: “Cómo evolucionaron los humanos?”. Editorial Ariel S.A., Barcelona.

WALKER, Alan y LEAKEY, Richard. Los homínidos de Turkana Oriental. Consulta en línea en: http://historiaurreaherriametsadbh1.ikasblog.net/files/2008/10/walker-alan-leakey-richard-los-hominidos-de-turkana-oriental.pdf.

domingo, 10 de agosto de 2014

Conquistando Oriente?



Portada en Español del libro
Orientalismo de Edward Said


Descripción de la ruta

Esta ruta nos llevará a algunas de las ciudades más representativas de Oriente medio pero en lugar de ser los visitantes los que “conquisten” cada lugar al que iremos, esta ruta los conquistará con sus maravillas históricas y la mezcla de religiones y culturas.

Comenzaremos en la famosa de Jerusalén, una de las ciudades mas antiguas del mundo  y considerada sagrada por tres de las más importantes religiones: el judaísmo, el cristianismo y el Islam.

Luego iremos a Amman, la capital de Jordania en donde se encuentran la ciudad moderna y los vestigios del pasado. Posteriormente, viajaremos a Beirut en el Líbano, en donde nos maravillaremos con su diversidad cultural.

De allí tomaremos un crucero por el Mar Mediterráneo para desembarcar en Alejandría desde donde iremos bordeando el río Nilo para llegar a la ciudad Egipcia El Cairo. Finalmente, bordearemos la orilla oriental del Nilo hasta llegar a Abukir donde nuevamente subiremos al crucero por el mediterráneo que terminará su travesía en  Nápoles.

Mapa de la Ruta



Imágenes de la Ruta

Edward Said, 1999 (Fotógrafo: Jon Sances)
Tomado de: http://hemisferiozero.wordpress.com/2012/02/12/estereotipos-ii-orientalismo/


Mezquita de la Roca situada en la ciudad vieja de Jerusalén. Foto: Aitana Vargas.
Tomada de: http://latinocalifornia.com/home/2010/09/cartas-desde-jerusaleni/


Óleo de Louis-Joseph François que recrea la batalla de las pirámides entre las tropas de Napoleón y las fuerzas mamelucas en 1798. Museo de Bellas Artes, Valenciennes (Francia).


Historia

Nuestra ruta se inspira la vida y obra del crítico Edward Said, quien en 1978 publicó Orientalismo, que podría ser considerado como su trabajo más importante. Nacido en 1935 en la ciudad de Jerusalén en donde vivió parte de su infancia, sus orígenes, así como sus vivencias y conocimiento directo de medio Oriente, lo llevaron a escribir y presentar diversas reflexiones en torno a la manera como en Occidente se han representado estos territorios.

Si alguien podría combatir los prejuicios e ideas preconcebidas respecto a Oriente, podría decirse que era Edward Said. Habiendo nacido en Jerusalén, Said y su familia se mudaron a El Cairo antes de que las fuerzas israelíes ocuparan la parte occidental de esa ciudad. Posteriormente, vivió y estudió en Estados Unidos, en donde conocería de primera mano lo que en su texto Orientalismo describió como “un modo de discurso que se apoya en unas instituciones, un vocabulario, unas enseñanzas, unas imágenes, unas doctrinas e incluso unas burocracias y estilos coloniales” (SAID, Pág. 20) respecto del cual se había construido la imagen de Oriente.

No obstante haberse radicado en Estados Unidos, Said continuó viajando a distintos lugares de Oriente en donde tenía fuertes vínculos. En 1969-70 estuvo en Jordania durante el septiembre negro y se fue justo una semana antes de que allí estallara la guerra entre los jordanos y la Organización para la Liberación de Palestina y Hussein de Jordania (OLP). Durante este periodo, su familia se encontraba en Beirut en el Líbano a donde también viajaría regularmente. En Amman (Jordania), Said conoció a Yasir Arafat, quien fuese el más reconocido líder Palestino en la lucha contra Israel por la autodeterminación del pueblo Palestino y con quien se mantendría en contacto.

Además de sus vivencias personales y experiencias, Said encontró que la visión Occidentalizada de Oriente respecto de la cual advierte en Orientalismo habría tenido en la expedición Napoleónica a Egipto un momento clave: junto con la armada viajaron científicos y escritores cuyo único propósito era describir Egipto, partiendo de la idea de su otredad y exoticidad. Napoleón desembarcó en Alejandría donde libró una ardua batalla y desde donde partió con destino a El Cairo y el 21 de julio de 1798 se enfrentó a los mamelucos en la renombrada Batalla de las Pirámides venciéndolos gracias a su artillería.

El último triunfo militar de Napoleón en Egipto antes de regresar a Francia sería la Batalla de Abukir contra los turcos otomanos. Sin embargo, pese a las aparentes victorias de Napoleón, su campaña a Egipto y su sueño de conquistar Oriente fue todo un fracaso en lo miliar. No obstante, las experiencias de esta empresa marcial dieron como resultado una actitud de occidente frente a oriente que no era solo la un simple observador: “oriente ha servido para que Europa (u occidente) se definan en contraposición a su imagen, su idea, su personalidad y su experiencia” (SAID, Pág. 20).

Bibliografía

SAID, Edward W., Orientalismo. Barcelona : Random House Mondadori, 2004.

SÁNCHEZ ARRESEIGOR, Juan José. Napoleón en Egipto. National Geographic, España. Consulta en línea en :

SÁNCHEZ MATITO, Manuel. Una Sinfonía Binacional: La mirada de Edward Said hacia el conflicto Palestino-Israelí. En Aparte Rei Revista de Filosofía No. 72. Noviembre de 2010. Consulta en línea en:  http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/matito72.pdf

Periódico El País de España. Edward Said: La pluma o la espada. Domingo 21 de marzo de 2010. Archivo digital en: http://elpais.com/diario/2010/03/21/domingo/1269147161_850215.html

Periódico El Mundo de España. Edward Said: representante de la cultura Palestina en el exilio. Viernes, 26 de Septiembre de 2003. Archivo digital en:






lunes, 4 de agosto de 2014

Búsqueda de tesoros en Gales

 
Monedas Romanas. Roman Legionary Museum, Carleon, Wales

 
 
Descripción de la ruta
 
Visitaremos el territorio en el cual comenzó la conquista de los romanos a las tribus del oeste de Britania en el siglo primero de la era cristiana.  Este territorio corresponde a lo que actualmente sería la región de Gales que hace parte de la actual Gran Bretaña.
 
El recorrido iniciará en Londres desde donde partiremos hacia el sur con destino a Caerwent  en donde se encuentran algunos de los vestigios romanos mejor preservados, pasaremos a Caerleon que significa “fortaleza de la legión”, luego iremos a Brecon que fue una base de caballería romana. Posteriormente, visitaremos Carmarthen conocida como la ciudad más antigua de Gales e iremos a la frontera en Chester en donde se encuentran las populares murallas romanas.
 
Finalizaremos nuevamente en Londres en donde tendremos tiempo de disfrutar de las atracciones turísticas que ofrece esta importante ciudad, incluyendo el famoso Museo Británico, entre otros.
 
Mapa de la ruta
 

 
 
 
Imágenes de la ruta
 
 
 
Moneda de oro encontrada en el sur de Gales
Foto: Newport Museum and Art Gallery
Moneda del emperador Vespasiano
Porwysland Museum & Montgomery Canal Centre

 


 
 
 
 
Historia
 
 
La conquista romana del moderno Gales comienza por el sur de Gran Bretaña que para entonces era denominada Britania y en la que ya desde comienzos de la era cristiana había presencia de tropas romanas. Los arqueólogos e historiadores han identificado al menos cuatro tribus anteriores a la era romana en el territorio de Gales: Siluros, Démetas, Ordovicos y Deceanglos. Hacia el año 43 d.c. el primer gobernador romano Aulo Plaucio, había derrotado a las tribus originarias y el ejército fue movilizándose paulatinamente hacia el oeste y el norte. Luego de décadas de confrontaciones, hacia el año 77 d.c., se dio la conquista final y durante los años siguientes se construyeron una extensa red de guarniciones y fortalezas legionarias, siendo Caerleon y Chester las principales. Sin embargo, durante el segundo siglo d.c. y desde el reinado de Adriano, la presencia militar en el sur de Gales se redujo considerablemente. Hacia el año 160 d.c. se fundaron las primeras capitales romanas en Caerwent y Carmarthen y comenzaron a aparecer las villas rurales en el sur.
 
La historia de la conquista romana de Gales y la adopción de sus formas de vida puede ser contada a través del análisis de las monedas encontradas durante los primeros siglos d.c. Como si se tratase literalmente de la búsqueda de un tesoro, los hallazgos numismáticos en esta región de Gran Bretaña dan cuenta de cómo los romanos se apropiaron del territorio, aunque las evidencias históricas indican las poblaciones de Gales no adoptaron totalmente la cultura y los hábitos romanos.
 
Las primeras monedas romanas en Gales fueron halladas en las zonas costeras, sobre todo en el sur y el norte, en el primer caso, particularmente a lo largo de los valles de los ríos. La evidencia muestra que las cuatro tribus originarias de Gales no producían monedas y se cree que las pocas que se han encontrado de la edad de hierro fueron importadas de otras partes de Gran Bretaña. Sólo 35 monedas de la Edad de Hierro se han recuperado de Gales, la mayoría de ellas en el suroeste entre los ríos Usk y Wye. Esas primeras monedas romanas fueron llevadas a Gales por el ejército durante la conquista pues se han encontrado en los lugares militares del sur que fueron ocupados durante el siglo primero d.c., particularmente, en la región del valle Usk desde las bases legionarias en Usk y Caerleon hasta la fortaleza en Brecon.
 
Pese a que las monedas del emperador Claudio fueron las primera en aparecer en Gales y su presencia se mantuvo desde comienzos de la conquista en los años cuarenta del siglo primero hasta los setenta, las monedas de los emperadores Flavios (Vespasiano, Tito y Domiciano) se encuentran más ampliamente a través de Gales y la distribución de las mismas refleja la expansión militar después de la consolidación de la conquista.
 
Como se ha mencionado, la monetización de Gales se dio gracias al papel activo del ejército romano y es por ello que los arqueólogos han encontrado mayores cantidades de monedas en las antiguas fortalezas militares como la fortaleza de Caerleon. Según las investigaciones, las fortalezas produjeron las dos terceras partes de todas las monedas romanas de los siglos I y II en Gales. Posteriormente, el uso de la moneda romana podría haberse expandido hacia otros sectores de la población pues la mayoría de los hallazgos de finales del siglo II, corresponden a asentamientos por fuera de las fortalezas militares.
 
Así, los primeros en monetizar la economía de Gales fueron los soldados de las unidades de la conquista cuyos servicios al imperio se supone que fueron pagados con monedas. Gracias a los hallazgos, se puede concluir que las monedas parecen haberse convertido en parte de la cultura de Gales luego de un par de generaciones de la conquista. Al parecer, el ejército habría pagado en moneda los recursos brindados por las comunidades cercanas e incluso a lo largo del tiempo puedo haberse consolidado como un medio de intercambio comercial. Sin embargo, considerando los hallazgos de monedas correspondientes a los primeros años de la presencia de los romanos en Gales sugiere que las transacciones comerciales con monedas fueron relativamente raras.

Finalmente, las evidencias apuntan a que las monedas fueron utilizadas en Gales, como en otras partes, como medio de pago de impuestos al tesoro imperial luego de haberse consolidado la presencia romana. La ausencia de hallazgos de monedas en gran parte de los territorios de Gales ha llevado a especular que posiblemente los habitantes de las zonas montañosas efectuaron intercambios de sus productos por monedas en otros lugares y en determinadas épocas del año.

 
Bibliografía
 
GUEST, Peter. The Early Monetary History of Roman Wales: Identity, Conquest and Acculturation on the Imperial Fringe. Britannia, Vol. 39, (2008), pp. 33-58. 
 
Lockyear, Kris. Where Do We Go From Here? Recording and Analysing Roman Coins from Archaeological Excavations. Britannia, Vol. 38, (2007), pp. 211-224